En el anterior post ya anunciamos a que habían comenzado las limitaciones a la acción sindical. Como era de prever, el despotismo no para cuando se pone en marcha: Este mes de Julio, han trasladado de forma fulminante y forzosa, mientras estaba de vacaciones, a un representante sindical electo de los trabajadores del CEMI, desde su centro de trabajo a otro edificio a kilómetros de distancia. El asunto es grave, por lo que se han «remangado» legalmente. El expediente de traslado ha seguido escrupulosamente el proceso administrativo habitual. Y se ha realizado dotándolo de un aura de «necesidades organizativas», aunque estas ni están definidas ni justificadas, más allá de la típica palabrería hueca de ChatGPT que tanto les gusta usar a los directivos municipales. El representante trasladado viene acompañado por otro compañero para que no pueda hablarse de «señalamiento» personal, son los daños colaterales de cualquier conflicto.
La prueba más evidente de sus intenciones reales ha sido enviar a los compañeros del área de innovación una nota informativa justificando este traslado, algo que jamás se realiza en el Ayuntamiento. «Excusatio non petita, accusatio manifesta», que decían los Romanos.
Lo más vergonzoso es la justificación verbal de que el traslado se hacía «por la felicidad» del trabajador. La desfachatez en el uso del lenguaje, de la neolengua que tanto gusta usar a determinados políticos, da idea de la catadura moral de estos personajes públicos.
Independientemente de las acciones legales que se puedan emprender por esta situación, que es algo que no les preocupa, porque sus gastos judiciales los pagamos entre todos nosotros, hay una decisión más importante: NO NOS VAN A CALLAR. NO NOS VAN A ASUSTAR. Es más, el efecto que van a conseguir es el contrario de lo que pretenden. Si hasta el momento la protesta podía considerarse por algunos como un tema menor de «privilegiados», ahora se convierte en una protesta por las libertades básicas: Libertad de expresión. Libertad de acción sindical. Defensa frente a la represión.
Mañana 31 de Julio, pese a las fechas estivales, estaremos puntualmente en el pleno municipal del Ayuntamiento de Málaga, como haremos durante años hasta que se solucione el conflicto, para que nadie olvide quienes son los responsables de esta nefasta gestión tecnológica y administrativa.
Para enseñar el auténtico rostro que se esconde tras la careta. Vamos a ser muy felices todos y todas.
NO A LA REPRESIÓN SINDICAL. NO AL TRASLADO FORZOSO DE NUESTROS COMPAÑEROS.